¡Nos vemos!

Lo que no sé es dónde, pero creo que es el momento de cerrar el blog. Y me da pena, no creáis (si es que alguien queda por aquí), pero me he pasado un rato borrando como mil comentarios bot y no es cuestión de que el blog quede para eso. Un abrazo a todos los que en algún momento me han leído, ha sido estupendo formar parte de Blogalia. ¡Hasta otra!

|2019-03-14 | 14:01 | coctelera | Este post | |

mis libros de 2018

Obviamente, en 2018 en leído menos que en los años anteriores porque gran parte de mi tiempo lector se reducía a buscar artículos sobre colores de las cacas, extracción de mocos o marcas de pañales.
Mayoría de novelas policíacas (fáciles de leer a cachos durante el embarazo y lactancia) y sobre crianza. Es lo que tocaba. Encima ni siquiera recuerdo bien cuáles me gustaron mucho (pero sí cuáles no me gustaron nada). Además, no tengo apuntados los libros que leí en papel, así que tiro de una memoria más que mermada, pero aquí van la mayoría de mis libros de 2018, el año que cambió todo.

-Heridas abiertas, de Gillian Flynn.
-Los reyes malditos, de Maurice Druon.
-La forma del agua, de Andrea Camilleri.
-Ausencias, de Raúl Clavero.
-Ojos de agua, de Domingo Villar.
-El moco radiactivo, de Marian García. (+)
-El caso Demichellis, de Francisco Marín.
-Lo que no podemos saber, de Marcus du Satoy. (+)
-Sola, de Lisa Gardner.
-Chesil beach, de Ian McEwan.
-Entre tu pediatra y tú, de Carlos González.
-El caso de Jane Eyre, de Jasper Fforde.
-Helena o el mar del verano, de Julián Ayesta. (+)
-Objetos frágiles, de Neil Gaiman.
-La librería, de Penélope Fitzgerald.
-Patria, de Fernando Aramburu.
-Un millón de gotas, de Víctor del Árbol.
-La respiración cavernaria, de Samanta Schewblin.
-El cartero de Neruda, de Antonio Skármeta.
-La comida de la familia, de Ferrán Adrián.
-Andar sin ruido, de Carlos Frontera.
-Vegetarianos con ciencia, de Lucía Martínez Argüelles.
-Agosto, octubre, de Andrés Barba.
-Claros y sombras, de Belén Terriente Ballester.
-Guía para madres y padres imperfectos que blabla, de Tania García.
-Las manos pequeñas, de Andrés Barba.
-Cómo enseñar matemáticas a su bebe, de Glenn Doman (sí, una chorrada).
-Muertes de sobremesa, de David Jiménez el Tito.
-Reina roja, de Juan Gómez Jurado.
-El tipo que escucha, de Alberto García Salido.
-La mujer que arañaba las paredes, de Jussi Adler-Olsen.
-Crónicas de tanatorio, de Rosa Márquez.
-No se lo digas a Alfred, de Nancy Mitford.
-La aventura de tu cerebro, de María José Mas Salguero.
-La desaparición de Stephanie Mailer, de Joël Dicker. (-)
-Dormir sin lágrimas, de Rosa Jové.
-El huevo de dinosaurio y otras historias científicas, de Jorge Bolívar (+).
-Lo que nadie te contó sobre la maternidad, de José María Lloreda..
-El cerebro del niño, de Daniel J. Siegel.
-Como una extraña, de Rachel Abott.
-El santo al cielo, de Carlos Ortega Vilas.
-Bésame mucho, de Carlos González.
-Luz, de Elisabeth Riera.
-Apegos feroces, de Vivian Gornick.

|2019-01-27 | 08:54 | coctelera | Este post | |

nuevo vocabulario

Capazo, arrullo, pezonera, sacaleches, Puregón, Epixelle, meconio, calostro, maxicosi, grupo 0, chichonera, cuco, episiotomía, ingurgitación, índice de Apgar, cólicos, dilatación, Doppler, ventosa, toxoplasmosis, trisomía, forceps, triple screening, puerperio, reflujo, primípara, loquios, periné, oxitocina, prostaglandinas, muselina, Cetrotide, Gonal, grietas, punción, espátulas, Kegel.

Digamos que llevo unos meses con un vocabulario entre limitado, complejo y nuevo. Y lo que me queda. Entre eso, la espera, el trabajo y que no paran de llegar bots al blog que tengo que borrar a diario, me da una pereza enorme publicar con regularidad. En definitiva, que esto no está abandonado, no, solo un poco postergado, durmiente, algo acallado. Pero tampoco pasa nada. Bastante ruido tendré en un mes como para que el silencio importe :)

|2018-05-01 | 10:57 | microposts | Este post | |

mis libros de 2017

2017 ha sido un año malo malo en cuanto a número de libros leídos, el peor desde que hago esta recopilación. El motivo ha sido principalmente que tengo coche desde mayo, con lo que pierdo casi una hora de lectura diaria en el bus :( A cambio, eso sí, escucho podcasts a cascoporro (y acepto recomendaciones interesantes).

Han sido un total de 51 libros :( Y algunos han sido muy malos, la verdad. Los peores, claro, no los acabé (ni están aquí, por vergüenza). Otros, muy buenos. Iba a dividirlos por géneros, pero me da pereza. Aquí van:

-El maestro Juan Martínez que estaba allí, de Chaves Nogales.
-Stoner, de John Williams.
-Fantasmas del cerebro, de José Ramón Alonso.
-La mirada de los pájaros, de Silvia Fernández.
-Quién quiere ser madre, de Silvia Nanclares.
-La acústica de los iglús, de Almudena Sánchez.
-Filtraciones, de Marta Caparrós.
-No soy un monstruo, de Carme Chaparro. (-)
-La ciudad y la ciudad, de China Miéville.
-Resort, de Juan Carlos Márquez. (+)
-La casa entre los cactus, de Paul Pen. (-)
-Ya no estaremos aquí, de Matías Candeira.
-El estado natural de las cosas, de Alejandro Morellón.
-El domingo de las madres, de Graham Swift. (+)
-Guardar las formas, de Alberto Olmos.
-No hay bestia tan feroz, de Edward Bunker.
-Bartleby, el escribiente, de Herman Melville.
-La torre Tesla, de Rubén Azorín.
-El día de mañana, de Ignacio Martínez Pisón.
-La sustancia del mal, de Luca d’Andrea. (-)
-El gen, una historia personal, de Siddhartha Mukherjee. (+)
-La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guerney, de Mary Ann Shaffer.
-El talento de Mr. Ripley, de Patricia Highsmith.
-Suspense, de Patricia Highsmith.
-El diablo de los números, de Hans Magnus Enzensberger.
-Mala gente que camina, de Benjamín Prado.
-La máquina enfurecida, de Eduardo Cano.
-Disecciones, de varios autores.
-De qué hablo cuando halo de correr, de Haruki Murakami.
-Las horas, de Michael Cunningham. (+)
-El curioso incidente del perro a media noche, de Mark Haddon.
-Expiación, de Ian McEwan. (+)
-Roberto Zucco, de Bernard-Marie Koltés.
-El cuento de la criada, de Margaret Atwood.
-La puerta, de Magda Szabó. (+)
-Los niños perdidos, de Valeria Luiselli. (+)
-Rituales, de Cees Nooteboom.
-La quietud, de Ignacio Ferrando. (+)
-Náufragos, de Laura Pérez y Pablo Monforte.
-Fantasía Lumpen, de Javier Sáez de Ibarra.
-Subsuelo, de Marcelo Luján.
-La historia más grande jamás contada… hasta ahora, de Lawrence M. Krauss. (+)
-Madre hay más que una, de Samanta Villar.
-Las chicas, de Emma Cline.
-El club de la lucha, de Chuck Palahniuk.
-El canto del cuco, de Robert Galbraith (o J.K. Rowling).
-Acerca de los pájaros, de António Lobo Antunes.
-El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares, de Ranson Riggs.
-Sapiens, de Yuval Noah Hariri. (+)
-Desnuda, de Paula Rivera.
-El elemento del que solo hay un gramo y otras historias sobre física, química y sustancias asombrosas, de Sergio Parra.

|2018-01-02 | 13:10 | escritura | Este post | |

los análisis sobre la educación matemática

Llevo meses con una pereza infinita para actualizar el blog, pero también llevo varios días queriendo escribir esto, así que allá va. Todo surge por una acumulación de opiniones por Twitter y otros medios sobre la enseñanza de las matemáticas. Al final, lo que me dio pie a acabar de escribirlo fue este análisis que hacen en Los 3 chanchitos sobre el tema (sobre el final del podcast y también en otro podcast un pelín posterior). El tema es amplísimo, pero me gustaría listar cosas que se cuentan ahí y en otros sitios y analizarlas después:

-El problema es la formación de los profesores.
-Los alumnos deberían cursar matemáticas hasta los 18 años.
-Solo se hacen cálculos mecánicos, no se enseña a pensar.
-Los alumnos hoy en día tienen muy poco nivel de matemáticas.
-La carrera de Magisterio es una mierda y los que se meten en esa carrera es porque no quieren estudiar.

Son generalizaciones y las generalizaciones nunca sirven para entender bien un problema, pero, como generalizaciones que son, pueden valer para darnos una visión general del problema. Sin embargo, querría desgranarlo un poco y hacer notar un punto esencial (para mí, el MÁS esencial de todos) que jamás se tiene en cuenta en el análisis y que hace que dicho análisis quizá se quede como algo un poco superficial (y que, la verdad, es similar al análisis que hacía yo cuando estaba con el doctorado).

Este punto es el siguiente: el análisis de la enseñanza de las matemáticas (a nivel de Primaria y Secundaria) siempre se hace de forma individual, pensando en UN alumno, cómo es su cerebro, qué debería aprender, cómo se le debe enseñar. Creo que eso se debe a que normalmente estos análisis los hacen profesores particulares, profesores de universidad y, claro, opinólogos en general, con mayor o menor acierto. Pero casi nunca hacen este análisis los profesores de instituto, es curioso. Estoy en un grupo de Telegram de casi 400 profesores de instituto y colegio y lo que se tratan son otros problemas mucho más concretos. Sobre todo, hablamos de cómo es mejor enseñar ciertas cosas y qué cosas deberían cambiar en el currículo (muchas, desde luego). Algunos están a favor de la flipped y otros no, algunos hacen ABP y otros no, algunos son más tradicionales y otros no. Pero analizamos cuestiones con mucho más detalle, no de forma tan general.

La cosa es que cuando enseñas matemáticas, se enseña a una clase entera. Y una clase es un ecosistema, un mundo, un universo. Hay una barbaridad de diferencias, en serio, hay decenas y decenas de detalles. Hay padres que pasan, padres implicados, alumnos que no tienen libros, alumnos de altas capacidades, alumnos muy inteligentes que no estudian, alumnos con déficit de atención, alumnos que no dan un palo al agua, alumnos que trabajan muchísimo y, si acaso, llegan al 5, alumnos que se aburren en clase y otros que olvidan cómo se opera con fracciones al día siguiente, alumnos creativos, alumnos que disfrutan una demostración y otros que desconectan a los tres minutos. De verdad, bastaría con entrar a un aula y dar clase durante dos semanas para ver lo que pasa, pero la mayoría de gente que opina sobre el tema no ha dado clase en un centro de Primaria o Secundaria. ¿Eso quiere decir que yo no puedo opinar sobre los médicos o los conductores de autobús si no lo soy? Claro que puedo, faltaría más, pero igual no conozco el tema con el mismo nivel de detalle que ellos y estoy haciendo un análisis un tanto liviano, algo que quizá nos pasa inevitablemente a todos. A mí, desde luego; por ejemplo, al opinar sobre cómo se enseña Lengua y Literatura, lo típico: es que les obligan a leer El cantar del mio Cid con 13 años, es que no entienden lo que leen, es que llegan a Bachillerato con faltas de ortografía. Claro, ese es el análisis fácil y pobre. Basta con hablar un rato con los profesores de Lengua y Literatura para saber qué pasa en realidad y por qué pasa.

Querría analizar cada punto de los anteriores por separado:

-El problema es la formación de los profesores.

Es verdad que hay muchos profesores con poca formación matemática. Sobre todo conozco los de Secundaria (luego comento algo sobre Primaria, pero lo conozco menos) y en los cuatro institutos en los que he estado me he encontrado de todo. Creo que en este sentido hay dos problemas esenciales: algunos profesores "clásicos" y algunos de los profesores interinos que llegan ahora. Lo segundo es más fácil de entender: apenas hay matemáticos que estén esperando en las listas de interinos. Estas se están agotando en toda España y la mayoría de matemáticos que no aprueban las oposiciones (oposiciones que en Madrid son de bastante nivel matemático, por cierto), se van a otros trabajos. Casi todos los que quedan son ingenieros o arquitectos. ¿Saben estos matemáticas? Sí, pero solo como herramienta. No les pidas demostraciones a la mayoría de ellos, no les pidas emoción por un concepto abstracto. Aquí yo misma generalizo, pero la mayoría son así. Eso hace que también enseñen de forma mecánica, como herramienta. Es lo que he visto en muchos de mis compañeros los últimos años: ponen interés pero no tienen la formación matemática que tenemos los matemáticos (y algunos físicos). Ya hablé del tema aquí.

En cuanto a los profesores "clásicos" (entiéndase esto), conforme pasa el tiempo estoy más convencida de que el problema no es su metodología, ni siquiera los contenidos (eso es lo que pensaba antes de ser profesora). Todo tiene que ver con la actitud que tienen ellos con los alumnos, y eso es algo MUY intangible. Me he encontrado estos años con muchos profesores mayores de 55 años que dan clase como se daba hace veinte años (es decir, temario de siempre, exámenes de siempre, metodología de siempre) y con dos tipos de resultados muy muy diferentes. En algunos casos sus alumnos siempre acaban muy bien formados y da gusto cogerlos el año siguiente y en otros casos es un verdadero desastre y te encuentras a alumnos que tú tuviste el año anterior que han pasado de tu 8 a un 3 y que ya odian las matemáticas. Creo que esto en realidad es independiente de la edad y casi casi de la asignatura: hay gente que no sirve para ser profesor, punto, que no sabe mantener el orden en una clase, que no sabe evaluar ni motivar, que no sabe empatizar con los problemas que tienen, que ni siquiera se sabe sus nombres ni conoce sus carencias y sus virtudes. Eso lo hay en todas las asignaturas y con todas las edades. Es para mí uno de los grandes problemas de la educación y un problema difícil de evitar porque creo que va más en la persona que en la formación; quizá se podría paliar con una oposición diferente y, sobre todo, con inspecciones de verdad y con evaluaciones a los profesores, pero esto se me antoja casi imposible (por el dinero que costaría y por la reticencia que habría por parte de algunos). Y sé que suena mal, pero estaría muy a favor de cambiar la rigidez de las leyes y quitar esas plazas cuando sea necesario (también en la universidad). Puede que sean solo un 5%, pero el gran problema de encontrarte con un profesor así es que en Matemáticas afecta muchísimo más que en el resto de asignaturas: un año perdido aquí muchas veces significa una carrera científica perdida y eso no pasa en el resto. Es una pena.

-Los alumnos deberían cursar matemáticas hasta los 18 años.

La realidad es que casi todos los alumnos estudian Matemáticas hasta los 18, otra cosa es qué estudian. Los Bachilleratos más numerosos tienen Matemáticas. Los que no tienen son los de Humanidades (donde suele haber pocos alumnos) y aquellos centros que están especializados en Artes (muy pocos). A ojo diría que más del 80% de los estudiantes de Bachillerato cursan Matemáticas y, además, ahora es la asignatura con más peso de cara a la nota de corte para la universidad. En particular, se estudian Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales (los alumnos de Sociales, que estudian también Economía, Historia, Geografía...) y los de Ciencias (que también hacen Física, Química o Dibujo Técnico). La diferencia en el temario y en el perfil de los alumnos es casi infinita. El temario de Sociales es bastante mecánico en el sentido de que son ejercicios más que problemas. Así está diseñado y así son los exámenes de Selectividad (EvAU en Madrid, parecido en el resto). Cuando ven un problema se bloquean, a pesar de haber hecho muchos a lo largo de todos esos años. Se trabajan problemas, por supuesto, pero vuelvo a lo de antes: a veces son 38 en clase y cada uno es de su madre y su padre. En general, los que van a Sociales son alumnos que eran malos en Matemáticas y Física de 4º y que tampoco quieren hacer Latín y Griego. Son pocos los que tienen una vocación clara de algo relacionado con Economía, Políticas u otras carreras de Sociales, la mayoría es del otro perfil. Y dentro de ellos también hay de todo. Además, se da esta característica: podrían haber suspendido Matemáticas en 3º de ESO y 4º de ESO, titular en 4º con dos suspensas, pasar a Bachillerato (pasan "limpios"), suspender 1º de Bachillerato de Sociales y llegar a 2º de Bachillerato con un nivel de 2º de ESO en el mejor de los casos (aunque probablemente 2º de ESO lo aprobaron con un 5 y ya lo habrán olvidado todo). Sí, esto lo permite la ley, es lo que hay. Normalmente este perfil se iría a Humanidades pero... a saber. Muchos te dicen que quieren ser policías o bomberos y ahí están, calentando la silla. Yo misma he tenido varios casos que en 2º de Bachillerato han repetido solo con Matemáticas. ¿Soy cruel? Pues no lo sé, quizá. Con un 4 les habría aprobado pero con un 0 no. Ellos siempre lo han entendido, la verdad. El caso es que este perfil de alumnos es complicado. Me suelo llevar muy bien con ellos pero académicamente es desastroso porque Matemáticas es un idioma, es comparable al Inglés, y en poco tiempo no se aprende un idioma. Lo más que pueden aspirar algunos es a aprender lo básico, llegar al 5, aprobar la EvAU (que suele ser también mecánica) y hale, a la universidad. Por suerte, a veces te encuentras casos especiales como me pasó el año pasado: 38 en clase pero el 40% con notazas por encima del 8. Es algo raro.

Ciencias es otra cosa. El examen de EvAU es más difícil y a ellos se les exige mucho más. Y sí, tienen que pensar. Comentaré esto en el siguiente punto. Lo que sí querría comentar también es que el examen de EvAU es MUY diferente en cada comunidad. Ni siquiera entran los mismos contenidos. Por ejemplo, me sorprende que los de Sociales en Madrid tengan integrales y no las tenga en la mayoría de comunidades. Luego, la nota para la universidad sirve para entrar en cualquiera del país, cuando la exigencia no es igual.

-Solo se hacen cálculos mecánicos, no se enseña a pensar.

Aquí cobra muchísima importancia lo dicho antes. Creo, aún así, que está habiendo una tendencia de cambio importante, de verdad lo creo, pero muchísimas veces no puedes hacer más con algunos alumnos, por muchos malabares que hagas. Su cabeza da para lo que da, son tan diferentes que abruma. Esto se ve clarísimo en Educación Física y hay quien insiste en no verlo en Matemáticas. Ese perfil de alumnos que no llega a más necesita algo mecánico, al menos. Necesita saber que puede hacer algo, que sabe hacer algo, que no es tonto. Y no es tonto, claro que no, pero se pueden dar muchísimas circunstancias en su vida para que no pase del 6 (además de una cuestión genética). Tener a un alumno de altas capacidades sentado al lado de uno que no entiende un problema básico de Primaria es terrible, de verdad, y es agobiante para el profesor. Esto se da un poco menos en Bachillerato porque los alumnos ya están "seleccionados" en una opción u otra, pero creo firmemente que los grupos homogéneos en los primeros cursos de Secundaria o en Primaria sería perjudicial. Claro que alumnos alumnos aprenderían mucho más si fueran grupos homogéneos, pero ¿y todos los demás? ¿Qué hacemos con esos grupos llenos de alumnos "retales"? Creo que es mejor que estén mezclados. Tengo alumnos en 2º de ESO que sé que si les diera clase solo a ellos podría darles 3 cursos de matemáticas en un año, pero el grupo es de 32. Aún así, para los casos especiales (de bajo nivel) hay ayudas de compensatoria o integración. No los suele haber por arriba, es verdad. Yo he sido profesora del Programa de Altas Capacidades de la Comunidad de Madrid durante unos cuantos años y he aprendido muchísimo ahí. Desde entonces trato de plantear problemas extra a los alumnos de ese perfil alto, pero no solo para ellos. Hay alumnos simplemente buenos, no de altas capacidades, y que quieren algo más. Les pongo vídeos, problemas difíciles, demostraciones, me salgo del temario... pero lo puedo hacer de forma muy limitada, porque el resto de alumnos está ahí, mirando con cara de asustados. Por eso la mayoría de las veces lo dejo para casa o se lo cuelgo en alguna plataforma. Muchos responden genial, pero en este punto la clave sería poder bajar un poco la ratio. Es muy difícil trabajar con 32 chavales de perfiles tan tremendamente diferentes (o 38 en Bachillerato).

-Los alumnos hoy en día tienen muy poco nivel de matemáticas.

Pues no lo sé. Vuelvo a lo mismo de antes: depende. A veces miro mis apuntes de BUP y COU y, sinceramente, no hay tanta diferencia con lo que yo explico. Sí, hay una diferencia clave: antes a los 14 años se iban del colegio los alumnos "malos" (entiéndase). Ahora no. Están ahí hasta 4º de ESO o hasta que el sistema permite que se vayan a FPB (otro mundo aparte). Y la mayoría de padres quieren que sus hijos hagan Bachillerato, así que siguen en lugar de ir a un Ciclo Formativo. Me gustaría a mí ver qué habría hecho mi profesor de 2º de BUP con el perfil que tenía yo el año pasado con un 4º de ESO. Se habría tirado por la ventana del susto. Lo típico es que los de Universidad le echen la culpa a los de Secundaria, estos a los de Primaria y estos a los de Infantil. Y todos al sistema, ese ente.

Es verdad que yo di dependencia e independencia de vectores y ahora no se da. También es verdad que no me enteré de nada en absoluto. Aprobé con un 10, eso sí, pero ni idea. Sin embargo, nunca aprendí a usar Geogebra (no había, claro) ni ningún programa informático, no conocía las aplicaciones matemáticas que ahora conocen mis alumnos, no tenía la cultura científica que intento enseñarles. Sinceramente creo que mis alumnos de 10 del Bachillerato de Ciencias saben mucho más que lo que sabía yo con mi 10 en COU. Conocen los problemas P-NP, los tipos de infinito, la dificultad de los números aleatorios, los fractales o aplicaciones en medicina ¿Le evalúo eso? No, claro, pero sí se lo enseño. ¿Lo saben todos? No, aquellos a los que les interesa. ¿Esto lo hacen todos los profesores? No, pero sí unos cuantos, cada vez más.

-La carrera de Magisterio es una mierda y los que se meten en esa carrera es porque no quieren estudiar.

Aquí puedo pecar de opinar de cosas que no sé, pero lo poco que sé es que la carrera está cambiando. También creo que el perfil de alumnos que van a Magisterio es un perfil de alumno medio y trabajador, pero no precisamente brillante. Lo que no es verdad es que no quieran estudiar. No conozco con detalle los programas de Magisterio actuales, pero sí creo que 1) deben mejorar en contenidos, por supuesto, 2) también hay que aprender metodología y 3) al menos algunos molan mucho. Pongo un ejemplo con Pedro Ramos, que da el Grado de Magisterio en la UAH. ¿Es esto general? No lo sé, pero sí creo que está cambiando. Quizá él puede comentar algo al respecto.

Que Magisterio debería tener mucho más prestigio es obvio, pero no hay que olvidar que los padres, en general, suelen tener los conocimientos de Primaria, con lo que la opinión sobre los maestros está servida. Ya sabemos que en este país (y yo creo que en todos), todo el mundo es maestro, entrenador de fútbol y nutricionista, el típico "a mí me vale". Mira como nadie opina sobre cómo deberían ser los neurocirujanos.

Por ejemplo, se está dando un hecho muy curioso con los algoritmos ABN, una nueva metodología para operar que me resulta muy interesante (aunque no la conozco en detalle, solo conozco la suma y parece que tampoco es la panacea para el resto). Los alumnos aprenden a sumar así y lo hacen muy rápido y razonando muy bien, pero los padres no lo conocen (en realidad, esto ocurre con cualquier metodología que cambie la forma tradicional en la que aprendieron los padres). Cuando tratan de ayudarles con los deberes, zas. Y es que el maestro, claro, mira lo que le hace a mi hijo. Esos padres seguramente no opinarán sobre las integrales con cambio de variable trigonométrico. Lo que da prestigio (y notas de corte altas) sería, claro, que alumnos buenos quieran entrar en Magisterio, pero no es el caso porque parece un trabajo fácil; pero recordemos que ahí también hay chavales que leen desde los 3 años, otros que llegan a los 11 sin entender la resta, otros que olvidan lo que es un pentágono al día siguiente de darlo, otros que bastante tienen con venir a clase desayunados, otros que no van a las excursiones porque con eso pagan los zapatos y otros que deducen solos cómo se calcula el volumen de un prisma. Un mundo, un mundo entero.

Los alumnos buenos aprenden casi solos, yo apenas tengo mérito ahí; si acaso, lo tengo en aquellos que son de 5 y acaban en 7, pero no tengo mérito con los de sobresaliente como tampoco tengo culpa de los del 1. Mi profesor de 3º de BUP llegaba todos los días borracho a clase y miraba por la ventana, nada más. Aprendimos a derivar por nuestra cuenta, jamás nos enseñó nada. Le fastidió el curso a la mitad de la clase. Los que éramos buenos en Matemáticas seguimos siendo buenos. Y es que a veces se nos olvida que con esas mezclas de clases, en ese ecosistema, los individuos no cuentan en el análisis, cuenta el grupo, ese grupo que creo que a veces se olvida al estudiar los "problemas" de la educación matemática.

|2017-12-10 | 10:58 | educacion | Este post | |

sin mascarilla

Ha pasado una semana desde el 1O pero también han pasado 12 años desde que me fui de Barcelona. Cuando vivía allí llegué a entender más o menos el sentimiento catalán, aunque distara mucho (sobre todo en volumen) del actual. Ahora, mucho tiempo después, asisto anonada a la mayor avalancha de falacias o, directamente, falta de argumentos que he visto en mis 38 años de vida. Opinar es gratis, claro, y más en tiempos de Twitter. Pero cuando ves una y otra vez que una masa tan grande repite argumentos pírricos que apoyan sus ideas, es tan desolador que solo quieres echarte el edredón por encima y que no haya ruido.

Estos días se ha escuchado lo siguiente:

-Las fuerzas y cuerpos de seguridad han actuado con proporcionalidad.
-La policía ha venido a Cataluña para apalearnos.
-Votar no puede ser ilegal.
-No podemos permitir que España se rompa.
-La bandera no es más que una bandera.
-Los catalanes han hablado y quieren independencia.
-Lo que no queremos es que nos prohiban hablar en catalán (min. 6:15).
-Querer referéndum es querer independencia.
-Los del sí son cuatro gatos que han votado varias veces.
-Este referéndum legitima una independencia.
-Los que no están a favor de la independencia son fachas.
-Las empresas se van de Cataluña.
-Cataluña independiente sería como Dinamarca.
-La policía vino hasta arriba de cocaína.
-Los ensangrentados de las fotos eran actores o fotos antiguas.
-Colón estaba lleno de banderas con el pollo.
-La policía solo actúa para defender la ley.

Y así decenas de afirmaciones generalizadoras. Casi nadie decía de eso de "algunos" o "unos pocos", "puede que"; no, si alguien hacía algo contrario a la opinión del opinador, podía extenderse a todo ser que compartiera el conjunto de pertenencia con él. Además, pocas veces se ha hablado tanto de un solo tema y con tan poquísimos argumentos serios. Se ha echado de menos un debate intenso, de calado, con referencias contrastadas de esas que se te meten en la cabeza y te hacen llegar a entender a la otra parte aunque no te hayan convencido. No, en este tema no interesaba, solo interesaba echar porquería fuera a las dos partes, sobre todo a los que tienen el poder y, consecuentemente, la responsabilidad. Cuanto más huela la porquería que echan, mejor. Da igual si tanta mierda está provocando una brecha social absolutamente irreparable. Saben que la población no tiene mascarilla. Que por hedor no sea.

|2017-10-08 | 09:14 | lolamentaciones | Este post | |

los ídolers

Hace tiempo que me pregunto por qué la mayoría de las personas idolatradas por las grandes masas tienen tan poca formación académica. Lo entendía mejor hace años: lo de los cantantes o futbolistas era la pescadilla que se mordía la cola, ya que no sabía si era antes su arte o el hecho de que les fuera fatal en el instituto. En el deporte está claro que las dos cosas se retroalimentan y, si tienes que pasar horas y horas entrenando para ser mejor que el resto, descuidas otros aspectos. En la música "popular" no lo tengo tan claro: muchos cantantes famosos declaran sin tapujos haber sido malísimos estudiantes. En el mundo de la actuación creo que la cosa está algo más dividida, pero todos ellos comparten ser profesiones idolatradas por algo más o menos innato (¿lo es?) que se empieza a desarrollar desde niño. Basta ver a un cantaor de flamenco de 7 años y analizar qué probabilidad real hay de que llegue a conocer en qué consiste la tasación por carbono 14 o las subordinadas adverbiales comparativas (aunque probablemente sería diferente con un niño de 7 años que tocara al piano un nocturno de Chopin).

Pero me choca que esto también pase en el universo influencer, youtuber, instagramer y diferentes -er del mundo. No ocurre en general con los tuiteros de éxito, pero sí con gran parte de los youtubers: muchos no han llegado a acabar el instituto pero tienen a cientos de miles de seguidores atentos de qué dicen sobre tal marca de champú, tal corte de pantalón o el truco de un videojuego. Y ojo, no infravaloro esto, todo lo contrario: me resulta de lo más meritorio conseguir que esos cientos de miles de personas estén pendientes de qué desayunan, qué les han regalado los fans o qué opinan sobre tal película, casi nadie sería capaz de mantener esa atención y constancia con los contenidos. Pero a la vez también hay un talento tremendo en el mismo YouTube que a veces pasa desapercibido o, desde luego, no es tan reconocido. Creo que se debe, en esencia, al mismo motivo que los futbolistas: no se necesita formación superior para seguir el hilo de alguien que sin formación superior (y no pasa nada). No necesitamos mecánica cuántica ni una tesis sobre la República de Weimar para disfrutar de cuestiones cotidianas. Sin embargo, sí se necesita al menos cierto empeño para seguir a Jaime Altozano o Javier Santaolla. Precisamente pongo dos de los que sí tienen bastantes seguidores, pero ni punto de comparación con los otros.

Quizá es que me sale la vena profe y lo único que me molesta es que haya gente que presuma de no haber acabado la ESO. No que no la haya acabado, ojo, sino que presuma de eso. Luego, claro, qué más da dónde lleve el acento.

Y ya de paso, ¿alguna recomendación youtubera de esas injustamente desconocidas?

|2017-09-24 | 10:31 | lolamentaciones | Este post | |

el mejor vs el peor

Lo malo de leer un muy buen libro es que lo que viene después probablemente sea peor. Pero más triste es cuando lees la mejor novela entre las que llevas leídas este año y justo después lees la peor.

La primera es El domingo de las madres, de Graham Swift, una deliciosa historia sobre una sirvienta británica a principios del siglo XX. Se trata de un libro de apenas 100 páginas que narra un hecho que podría contarse en una sola. De ahí la grandeza del texto, una maravilla de narrativa y un personaje magnífico en primera persona que rellena cada palabra que cuenta con un halo de personalidad que ya querría yo imitar.

Con ese fascinante gusto en la boca se cruzó de casualidad una novela negra que había ganado un premiazo. No quería desconfiar de ella solo por el hecho de que la autora fuera más o menos conocida, así que quise darle una oportunidad. Se trata de No soy un monstruo, de Carme Chaparro. A la vista de antiguos ganadores de este premio de 100000 euros, bueno, igual podría atisbarse algo de calidad. Insisto en que no quería ser prejuiciosa, aunque tenía mis motivos al haber leído alguna otra novela de famosete o ver esto de Zahara, cuando dice "yo habría empezado la novela a partir de la mitad" (ejem), sobre todo después de tener amigos que escriben para famosos y saber cómo funciona esto. Total, que decidí entrar en la novela con la mente abierta y... No sigas leyendo si no la has leído y quieres leerla, ¿vale? Ha desaparecido un niño y hace dos años desapareció otro. Hay varios narradores y solo uno de ellos en primera persona. Este ocupa más o menos un 40% del texto, se trata de una periodista que escribe una novela, qué cosas. Pues bien, esta periodista que narra todo en primera persona del presente durante un porrón de páginas es la responsable de la muerte del chiquillo pero eso no lo cuenta, claro, hasta la última página (ni hay nada que nos haga sospechar de eso). Además, casualidades de la vida, unos días después de la desaparición del niño también desaparece su hijo (misma edad y apariencia) pero todo de potra. Y muere incluso, pero después de unas cuantas páginas vemos que era un simple accidente. Y ella, con su primera persona, no dice ni mu de que es la responsable de la desaparición que está cubriendo como reportera antes de la desaparición de su hijo. Es más, se supone que escribe el libro desde la cárcel (incluso las partes en tercera persona en las que ella no está presente, la repera), eso sale en un epílogo de pocas líneas. Ah, incluso hay personajes teóricamente culpables con el mismo nombre. Ni pies ni cabeza, ni definición de personajes ni gusto por la escritura. Nada. Bueno, sí, mucho enfado de comisaría y mucho ADN y técnicas trepidantes de reconocimiento de culpables por ordenador. Mucho pasar página para ver quién es el culpable pero nos da igual saltar párrafos porque no hay gusto al leer.

La cosa es que la primera novela no la conoce casi nadie y la segunda sigue en las listas de los libros más vendidos. Es más, si se hace una pequeña búsqueda por Twitter, a la gente le encanta. Yo me echo las manos a la cabeza porque sé que son mayoría, que el grueso lector no es la gente que yo conozco. Eso a ratos me preocupa cuando escribo pero segundos después sé que me da igual, que nunca podría escribir un libro así porque me daría vergüenza, básicamente. También sé que nunca se lo publicarían a alguien que no fuera famoso.

Lean el libro de Swift si quieren disfrutar de la literatura de verdad. Es maravilloso.

|2017-07-28 | 12:37 | escritura | Este post | |

la puñetera masa opinadora

A veces me asusta internet. Así, a secas, me asusta. Y creo que tiene muchísimas cosas maravillosas, quizá la mayoría de ellas, pero cada vez hay más y más información que no somos capaces (o que hemos dejado de ser capaces) de asumir.

La semana pasada el diario El Mundo daba una noticia sobre la titulación en 4º de ESO: Andalucía da el título de la ESO sin la recuperación de septiembre. Qué fuerte, ¿eh? Dónde vamos a parar. Porque claro, la mayoría de la gente leerá eso, el titular, y nada más. Pero hay algún caso más en el mismo periódico: 5 autonomías permiten que alumnos con suspensos tengan el título de la ESO sin examen de recuperación Deducimos del titular que el resto no, ¿no? Pues ¿saben qué pasa? Que en el resto de comunidades es IGUAL. Por LEY. La diferencia es que... pues casi ninguna, la verdad, porque si no quieren ir al examen en septiembre y les quedaban solo 2 asignaturas, no tienen ni que hacer el paripé de intentarlo, como pasaba antes. Que da igual, que se les va a aprobar del mismo modo con dos suspensas, hagan lo que hagan. Unas comunidades han decidido dar el título en junio si solo quedaban 2 para favorecer que tengan plaza en FP. Otras han decidido dejar la oportunidad de aprobar a sabiendas de que titularán igual. Ya ha salido el ministro diciendo que bueno, claro, que a esos alumnos tenemos que darles la oportunidad de mejorar su expediente para tener beca. Se ve que él no sabe lo que es que un alumno sepa que 1) le pueden quedar 2 asignaturas para septiembre y 2) no tiene ni que presentarse (esto muchos alumnos todavía no lo saben o no se ha extendido demasiado). Tampoco parece que el ministro se haya leído muy bien las condiciones de las becas, la verdad.

Independientemente de lo que a mí me parezca este hecho en sí (se lleva pudiendo pasar con 2 suspensas desde que soy profesora, y son ya 11 años), lo que me fascina/aterra es la actitud de "la gente" (sea lo que sea eso, monstruo con millones de cabezas) al leer los titulares y después comentar como locos. Dejo aquí algunos comentarios a estas noticias (no corrijo ortografía):

-Siempre debemos tener muy presente que Andalucia es una comunidad del grueso de 9 millones de habitantes, y en la que se puede gobernar con poco mas de dos. Ya estamos que esos 9 mll no tienen edad de votar todos, pero si hacen que las administraciones, funcionariado etc.., que son entes fácilmente manipulables desde el poder, permitan gobernar casi de forma indefinida; un tremendo fallo de nuestra democracia sin duda. Andalucia no es como se la pinta desde fuera, aunque sea comprensible una mala interpretación por la imagen que a veces se da.
-¿A alguien le sorprende que esto pase en Andalucía y no en otra parte de España?.
-Otra hornada de la "generación mejor preparada"... en serio, vamos para atrás gracias a la izquierda de este país
-¡Que disparate! PSOE = ruina y destrozo de España. Lo próximo que será aprobar sin necesidad de ir a clase....
-Muy bien,no sea que se sientan discriminados los vagos y torpes,se depriman y le echen la culpa al gobierno.
-Lo que prima en este país es ser un macarra para salir en la tele en MHyV, tener a furbolistas como ídolos, etc....Por favor, que cierren universidades y así pagaremos menos impuestos, para regalar títulos que no valen nada y solo llevan al paro es mejor cerrarlas.
-Yo haria obligatorio aprobar serxologia,marcas de cerveza,como preparar un buen calimocho y el pontelo ponselo el resto de materias las haria optativas
-Contamos con 600.000 profesores en España. Salen a 1 por cada 16 alumnos. Para llegar a esto, podemos repartir los títulos en los cromos de los tigretones, y al que le toque, pues para él. Y así echamos a la calle a esos 600.000 profesores, salimos de la crisis en dos días, y vivimos el resto de nuestra vida sin pagar impuestos.

Y esto cogido al azar, ¿eh? Podéis leer el resto de los más de 200 comentarios sin problema. Estos señores que comentan, que tendrán su BUP y puede que su COU, no llegan más allá del titular el 99% de las veces. Con la cantidad de metralla informativa que nos llega y este perfil crítico en la masa, lo llevamos claro.

|2017-07-17 | 18:47 | educacion | Este post | |

un fracaso real

Otro curso más y van 11. Pero quizá este ha sido para mí el más revelador de todos porque ha sido el año en el que he tenido alumnos con peor nivel académico. Cero problemas de actitud, de comportamiento, de educación, no suele ser ese un conflicto para mí (y mis alumnos son bien majetes), pero sí me he dado de bruces con una realidad: en gran medida mi trabajo no puede paliar las diferencias que mis alumnos traen de casa.

Este curso, precisamente, decidí afrontarlo de un modo algo distinto (mediante parte de un proyecto) por las características de mis grupos, sobre todo los dos 2º de ESO que he tenido. Me centraré en ellos y los tomaré como un solo grupo. En mi cabeza había miles de actividades motivadoras, juegos, un empeño en que se entendieran bien los conceptos y no tanto se aprendieran de memoria. Les he deducido todas las formulitas de áreas y volúmenes, hemos practicados las identidades notables de muchas formas distintas, juegos con problemas de ecuaciones, un montón de formas de practicar lenguaje algebraico con ellos mismos, con números que les fueran conocidos. Pero día a día veía que mi esfuerzo consistía en lo de siempre: un 20% de alumnos lo cogían muy bien y se aburrían al rato, un 60% parecían entenderlo pero al día siguiente lo habían olvidado todo (no digamos ya en el examen) y otro 20% nunca llegó a escuchar ni una palabra. Esto clase tras clase, día tras día, tema tras tema. Yo insistía en repasar, en motivarles, en traer mil actividades diferentes, ver vídeos, colgarles actividades lúdicas hechas por mí y por otros, han creado su propio restaurante matemático, los he agrupado en parejas, en grupos de 3 y 4, evaluaciones diferentes a solo el examen, he hecho que participaran en clase e incluso que pudieran tener una hoja a modo de chuletario. Ni eso hacían, ni la chuleta siquiera. Incluso podían llenar las paredes con "avisos", errores que no debían cometer, pero ninguno se molestó en hacerlos. Alguna vez hasta les he dejado todos los apuntes que quisieran en el examen. Ni abrían el cuaderno. Pero no hablo del 30% que no hacía nada, no, hablo del 60% que me ha engañado vilmente y hecho creer que sí lo cogían. Nada.

Al final alguno se ha salvado pero ha sido mi peor curso (a nivel de resultados académicos, solo eso) hasta ahora. Solo ha funcionado cuando he llamado a casa de algunos. En realidad, he hablado con casi todos los padres, pero solo algunos han reaccionado. La adolescencia es difícil, sí, pero más difícil es toparte con familias enteras en las que no hay ni un solo libro en casa. Es frustrante saber que es otras condiciones esos alumnos habrían hecho saltar la chispa, pero no ha ocurrido. Es un fracaso para mí y para el sistema, un fracaso real mientras en los medios no dejan de salir recetas mágicas que me dicen cómo tengo que enseñar. Porque con esta misma metodología en otros grupos con perfiles socioeconómicos más favorables el porcentaje de alumnos que lo pillan bien ha sido siempre el 60%, pero no hay metodología, receta milagrosa ni experto pedagogo que revierta el hecho de que en muchas familias "vacaciones" no es igual a "playa, viajes y campamentos chulis". Es una desigualdad tan profunda y dura, tan mantenida en el tiempo, que duele.

|2017-06-25 | 10:47 | educacion | Este post | |

this is the end, my friend

Menos mal que acaba el curso porque yo casi no lo cuento. Es parte de los motivos por lo que tengo el blog que parece un erial. Para disimular, os dejo por aquí el discurso de la graduación de 4º de ESO que me tocó hacer a mí (una graduación muy de andar por casa, pero siempre les hace ilusión).

Buenos días a todos. Me toca hablar en nombre de los profesores que os han dado clase estos años y hasta anoche no había escrito nada. Supongo que os suena eso de dejar las cosas para el último momento, ¿verdad? Pero en realidad solo me faltaba escribir algo que tenía en la cabeza. Estáis acabando un periodo fundamental en vuestra vida. ¿La ESO? Sí, vale, pero sobre todo quería hablar de la O de ESO. Porque hasta ahora estabais aquí porque la ley obligaba a vuestros padres a escolarizaros hasta los 16 años. Cuando digo que soy profesora y trabajo con material inflamable de 16 años, algunas personas se echan las manos a la cabeza: ¿pero cómo puedes sobrevivir entre adolescentes?, me dicen, la juventud de hoy en día es insoportable, ¿no te gustaría trabajar en otro sitio?

La verdad es que no. Y estoy segura de que la mayoría de los profesores que habéis tenido tampoco querrían tener otro trabajo a pesar de lidiar con adolescentes. O quizá precisamente gracias a eso. Pero “la juventud de hoy en día”, ¿eh? Sois la generación que hay entre la generación millennial —esos conformistas a los que ahora culpan de todos los males— y la generación blandita —esos consentidos que se rompen a la mínima—: os llaman la generación Z, la que ha nacido conectada a redes sociales. Dicen los sociólogos que os estudian que os relacionáis mejor por Instagram que en persona. ¿Cuántas veces habéis escuchado eso de que estáis mimados, que lo tenéis todo, que solo vivís en YouTube, que no tenéis valores y no os levantáis del asiento en el bus para dejar que se siente alguien mayor, ¿eh? Yo también os he echado la bronca alguna vez. Incluso es gracioso ver cómo muchos de vosotros ya decís lo mismo de los alumnos de 1º de ESO, incluso de Primaria: “qué maleducados y míralos con un iPhone a los 10 años cuando a mí hasta los 13 no me dieron el Samsung Galaxy de mi hermano mayor”.

Y es que esto de quejarse de la gente joven viene de lejos: lo mismo dijeron vuestros padres, vuestros abuelos, seguro que lo mismo decían los antiguos griegos y romanos. Pero yo quiero ver también la otra parte, esa que le demuestra al sociólogo que a veces se equivoca: la parte del que no se conforma con lo que hay, el que aspira a algo más que lo fácil, aquel que después de 4º recuerda esas clases que ha disfrutado y que le hacen proyectarse a sí mismo dentro de unos años para verse como abogado, ingeniera, cirujano, arquitecta, mecánico, traductora o profesor. Porque ese es el cambio principal para vosotros: a partir del año que viene decidís vuestro futuro, así que decididlo bien porque seréis los que construyan los puentes por los que pasaremos, los que nos operarán de cataratas o los que den clase a nuestros hijos o nietos. A partir del curso que viene elegiréis y empezaréis a formaros específicamente en aquello en lo que os queréis convertir.

Pero eso de estudiar algo porque me va a servir para tal cosa también es propio de la juventud, ¿verdad? Hacer las cosas con un propósito, la utilidad inmediata. ¿Si me hago una foto con la paella del domingo es para subirla a Instagram o es quizá para volver a disfrutar de ese momento años después? ¿Todo aquello que hacemos tiene que ser rentable automáticamente? Quizá es lo que buscáis muchos a los 16 años, quizá incluso hay gente cuya vida será así siempre. Pero yo espero un poco más de vosotros: espero que sepáis mirar más allá del sofá, las facturas y los números, porque ahí fuera también hay sonetos y anáforas, idiomas sin tiempos verbales, hay trompetas hechas de hielo y seis tipos de quarks en la materia, hay una medusa que regenera sus células infinitamente y nunca muere, hay números perfectos y números que no existen. Ojalá un día se os erice la piel al mirar despacio un cuadro y descubrir lo que hay detrás de los colores, o al pasar la página de un libro que no podéis cerrar, ojalá sonriáis al demostrar un teorema o pasear por las calles de una ciudad increíble de la que supisteis por primera vez en estas aulas. Espero que un día os acordéis de todos esos profesores que intentaron enseñaros lo que habían aprendido y vivido para que vosotros pudierais disfrutar del mundo con la misma pasión que ellos. Felicidades por haber llegado hasta aquí. A partir de ahora no estáis obligados a nada, ni a estudiar el Romanticismo ni a leer a Cervantes, ni siquiera a resolver una ecuación o a calcular el tiempo en un tiro parabólico. Pero os cuento un secreto: a partir de ahora empieza lo bueno de verdad. Nunca os quedéis cortos con lo que aprendáis. Nunca dejéis que vuestra cabeza se agriete y vuestro corazón se enfríe.

|2017-06-19 | 18:14 | educacion | Este post | |

fátima y el armario

Como estoy haciendo una pequeña reforma en casa, hace días puse uno de los armarios que tengo en Wallapop. Me escribió Fátima diciéndome que le interesaba y que quería venir a verlo. Quedamos ayer y me dijo que sí, que lo quería, pero que no tenía forma de llevárselo. Llamé a un transportista que encontré por internet (el primero que vi) y dijo que lo haría por 70 euros si había que desmontarlo y por 20 si ya estaba desmontado.
Fátima no habla muy bien español. Bueno, habla mal, a secas, y todo el rato me llama "hija" ("sí, hija, lo que tú veas mejor"). Sacó una bolsita transparente de su bolso y contó los billetes, me dejó el dinero en la mano y se marchó sin más, confiando en mí y en el tipo con el que yo había hablado. La verdad, yo cruzaba los dedos porque el transportista no fuera un timo.

En ese momento decidí desmontar yo el armario y ahorrarle a Fátima 50 euros. No sé si alguna vez habéis intentado desmontar un armario de los tochos de Ikea, pero no es nada fácil hacerlo y que salga indemne todo (los tornillos esos del infierno entran pero no salen así como así). El caso es que uno de los módulos se rompió un poco y creo que no es fácil de arreglar. El módulo nuevo cuesta 50 euros, pero sobre mi cabeza no dejaba de ver la imagen de esa mujer que me decía que necesitaba el armario porque no tiene nada en el piso. Le dije que se lo regalaba, que volviera hoy a por el dinero y listo. Hoy me ha confesado que le desahuciaron hace unos meses y ella y sus hijos viven en casa de unos amigos en Leganés. Ahora le han dado un piso vacío pero no trabaja. Me he puesto a mirar cosas que no necesito en casa y le he dado un espejo, unas patas de mesa y un estante.

Al transportista, claro, todo esto no le importa. Cuando ha visto que era un armario grande (ya le había dicho las dimensiones, pero se ve que no escuchó) me ha dicho que nada de 20, que 40. Cuando ha visto que no cabía en el ascensor, ha dicho que nada de 40, 60. Espero que no time a Fátima ahora, que estará dejándoselo en casa.

Fátima parece mayor, pero seguramente no tenga más años que yo. No me lo ha dicho claramente, pero parece que se alegra de que su marido esté lejos (y no precisamente de viaje). Y tiene tres hijos. Esos tres hijos irán al colegio o al instituto, y allí les dirán que tienen que estudiar, que tienen que hacer los deberes, que si la flipped classroom y los mensajes por Edmodo, las tutorías y que internet por aquí y material por allá, que no pueden portarse mal. Seguro que yo tengo algún alumno como sus hijos y no conozco su historia.

—¿Te gusta viajar? —me ha dicho Fátima cuando le he devuelto su dinero.

Cuando le he dicho que sí, me ha dicho que estoy invitada a Tánger y, que si quiero, me prepara dulces marroquíes. "Hija, eres un ángel, que dios te bendiga", decía todo el rato. Lo que no sabe es que me siento fatal por no haberle podido regalar el armario en perfectas condiciones, por que tenga que pagar 60 euros al transportista (que lo subirá hasta el octavo en el que vive) y por no ser más consciente de que Fátima está ahí, como están muchas como ella. Ojalá su armario llegue bien, logre montarlo y pueda meter dentro todo lo que tiene y lo que no tiene.

|2017-05-13 | 15:51 | lolamentaciones | Este post | |

la estatura media

El otro día viví una de esas revelaciones educativas que pocas veces queremos vivir. Estaba mirando con los de 4º de Aplicadas (chavales que seguramente dejarán el instituto una vez acabado 4º y que irán a ciclos formativos) el siguiente problema de PISA:

"Desde 1980 la estatura media de las chicas de 20 años ha aumentado 2,3 cm, hasta alcanzar en 1998 los 170,6 cm. ¿Cuál era la estatura media de las chicas de 20 años en 1980?"

A pesar de ser de Aplicadas (es decir, a pesar de que el currículo es notablemente más sencillo que el los que van a Bachillerato), esperaba que un ejercicio así no tuvieran problema en resolverlo. Un niño de 4º de Primaria también podría hacerlo, ¿no? Entonces vi que la mayoría se quedaba leyendo una y otra vez el enunciado. Era un lío para ellos. Para empezar, había muchos números: 1980, 1998, 20, 2.3, 170.6... Además, hablaban de dos años distintos, de "altura media" y antes había una gráfica con la evolución de la altura de chicos y chicas en 1998 desde los 10 a los 20 años, es decir, más datos. La realidad es que casi ninguno sabía qué tenía que hacer.

Después lo leí en voz alta y dije cosas como "dieciocho años antes" o "aquí solo se habla de las chicas de 20 años, olvidaos del resto". Entonces sí hubo un porcentaje algo mayor que lo entendió. No todos, ojo, al cabo de 5 minutos solo la mitad sabían qué había que hacer.

En PISA (donde no solo hay este perfil de alumnos sino que están todos representados) el porcentaje medio de acierto de la OCDE fue del 67% y en España del 66.5%. Es decir, de media uno de cada tres alumnos de la OCDE no sabe responder a esto.

¿La dificultad es matemática? Claro que no en el sentido estricto de operaciones, todos sabían hacer la resta. La dificultad es otra, muchísimo más compleja. Creo que cuando encontremos el modo de resolverla avanzaremos una barbaridad.

Nota: No sé si es más preocupante aún que este problema lo resolvieran bien el 20% en la OCDE y el 12.9% en España... Aquí sí hay un pelín más de matemáticas pero también se puede resolver en 4º de Primaria. ¿Solo 1 de cada 5 alumnos de 15 años en la OCDE lo resuelve bien?

|2017-04-01 | 11:41 | educacion | Este post | |

tonterías con caras

Si hay algo que no me gusta de los libros de texto de (y la forma clásica de enseñar en) 1º y 2º de ESO es la forma en la que introducen el álgebra. Yo me pasaría 1º traduciendo del lenguaje común al algebraico (tres números consecutivos, la mitad del cuadrado de un número, la edad de Paco dentro de 3 años...) y dejando las operaciones y ecuaciones sencillas para 2º. Pero la legislación es la que es y nos dice que en 1º tiene que saber "Analizar procesos numéricos cambiantes, identificando los patrones y las leyes generales que los rigen, utilizando el lenguaje algebraico para expresarlos, comunicarlos, y realizar predicciones sobre su comportamiento al modificar las variables, y operar con expresiones algebraicas" y en 2º ya tenemos como contenidos específicos "Expresiones algebraicas, valor numérico de una expresión algebraica, operaciones con expresiones algebraicas sencillas, transformación y equivalencias, identidades algebraicas. Identidades notables, polinomios, operaciones con polinomios en casos sencillos, ecuaciones de primer grado con una incógnita, ecuaciones de segundo grado con una incógnita y sistemas de dos ecuaciones lineales con dos incógnitas". Total, que en 1º tienes que dar un poco de operaciones sencillas para que en 2º se puedan tragar esto.

Pero ¿qué son "operaciones sencillas"? Para mí, simplificar cosas del tipo 2x+4x, 3·(2x-1), 2x-(x+1)... en fin, expresiones que, como mucho, salgan de grado 2 (3 si me apuras) y con una letra (que puede no ser x, claro). Y ¿qué ejercicios ponen en el libro de texto? Pues además de operaciones larguísimas con polinomios de grado 7, ponen cosas como "simplifica la expresión 3ab^4+4ab-9ab^4". Ahí es cuando explica lo de la parte literal de toda la vida, los monomios semejantes, venga letras y letras que, como pronto, verán con tanto exponente... ehm, probablemente nunca. Lo grave es que así es como se enfrentan los alumnos por primera vez a los monomios. Consecuencia: terror para muchos, lío, ya no sé, ay profe, es que... Además, en el tema siguiente les vas a dar ecuaciones de primer grado sencillas que resolverán bien y con las que solo tienen un problema: plantearlas en el caso de los problemas.

Sin embargo, la mayoría de libros (y muchos profesores) pasan por alto una dificultad para los alumnos que este año he afrontado de un modo de lo más tonto: las convenciones matemáticas. Y es que x+3x son 4x porque donde pone x nos referimos a 1x y por vagos quitamos el 1. Está feo poner ese 1, como está feo ponerlo en el exponente. Así, si tienen que hacer 5x-6x, la mayoría pone -1x, pero luego les tienes que dejar muy claro que eso se suele escribir como -x. Y esto, que parece una chorrada, ¡no lo es para nada! Ya son muchos años de ver que muchísimos alumnos dudan en tonterías así y muchas veces se equivocan al final. Tenía que elaborar una estrategia clara para este curso y ha sido la siguiente: los símbolos "feeeeeo" (una carita triste) y "boniiiiito" (una carita feliz). Nos hemos pasado veinte minutos con las caritas felices y tristes: "profe, ¿y si es 4x^2-4x^2? ¿Se pone 0x^2?". Yo lo escribía y ponía la carita de triste/feo y a continuación "=0" con su carita feliz. Menuda estupidez, diréis, pero de las gordas. Pues bien, no he operado con monomios de varias letras y exponentes altos (ni ganas, añado), pero creo que casi todos han pillado bien las operaciones con monomios sencillos. Tonterías con caras.

|2017-03-29 | 17:59 | educacion | Este post | |

los proyectos

El otro día escuché un monólogo sobre "tener proyectos". Más o menos venía a decir que cuando no tenemos nada mejor que hacer, decimos "tengo proyectos a la vista" con objeto de no concretar nada porque no hacemos nada con nuestras vidas. Proyectos. Pues mira, precisamente creo que en eso consiste vivir, en tener proyectos.

Porque ¿qué ocurre cuando no se tienen metas, objetivos que lograr o no lograr? Que menudo plan. En el fondo, siempre hay algún proyecto a corto plazo: poner la lavadora, comprar puerros, conseguir entradas para aquella película... El día a día, vaya. Pero los importantes son los proyectos a medio y largo plazo, los objetivos gordos. Elegir bien el coche que te compras, lograr exponer en una galería de arte, no descender de categoría en un deporte, afianzar una relación de pareja, conseguir una hipoteca, montar una empresa, sacarte las oposiciones o hacer un viaje que llevas queriendo hacer toda la vida. Y puede que algunos de esos proyectos no se logren, pero sería mucho peor no tener ninguno, ¿no? Y es curioso, porque todos los proyectos cuestan esfuerzo, no son como la lotería, pero los necesitamos (y algunos tienen bien pocos, la verdad).

El último año he tenido varios proyectos en mente y más o menos han salido la mitad de los planeados. No está mal. Algunos fracasos acaban siendo un tanto dolorosos: me viene a la cabeza, por ejemplo, el hecho de que el proyecto —nunca mejor dicho— educativo de 2º de ESO no ha salido como yo esperaba. Tampoco ha salido mal, pero a veces vertemos sobre los proyectos unas expectativas tan altas que todo lo que no sea llegar a ellas se ve como una pequeña falla en la consecución. Pero también es cierto que de esos pequeños fracasos sacamos conclusiones para 1) mejorar el proyecto siguiente o 2) dejar de poner esfuerzos en ese y pasar a otro.

En esas me encuentro con la novela en la que estoy enfrascada ahora. Sé que escribo este post para evitar repasar el primer capítulo. También voy a poner unas lentejas por lo mismo, seguramente ordene la mesa y puede que incluso planche a pesar de que casi nunca lo hago. Y creo que esas pequeñas procrastinaciones no aparecen para evitar el trabajo sino para evitar empezar a ver en el horizonte un potencial fracaso. La diferencia es importante.

Voy a cambiar la arena del gato.

|2017-03-20 | 12:20 | coctelera | Este post | |

milagros, tampoco

Hace unos diez días empecé trigonometría con mi grupo de 4º, grupo que va a ir, en teoría, a Bachillerato de Ciencias. Después de contar qué son las razones, hablar del radián, hacer algún ejercicio y deducir las razones de 30, 45 y 60 usando un cuadrado de lado 1 y un triángulo de lado 2 (para que les fuera más sencillo), les he preparado un panel de corcho individual con esta imagen y ellos tenían que ir colocando las razones que yo les pedía:




Tras esto, también les he preparado una práctica con Desmos que podéis ver aquí y tanto el martes como el viernes pasado les dije que hoy, lunes, les pasaría un pequeño test en el que tendrían que razonar de nuevo las razones de 30, 60 y 45. Solo les tocaba una de ellas, por sorteo, pero tendrían que mirarse la prueba de ambas (las de 30 y 60 son la misma). Repito: lo di el martes, lo repasé de nuevo el viernes. Hoy he pasado la prueba. De 25 alumnos, 2 me han dicho que han llegado a mirárselo y 0 han hecho la prueba (en la que lo más complejo que hay que hacer es Pitágoras). Y es que llega un momento en el que uno tiene que asumir que ya puede hacer malabares, dar las clases lo más amenas posibles, hacer el pino, razonar las cosas, ser lúdico, entretener como si esto fuera un show... y a veces da igual (o soy así de torpe).

Y sí, es una pequeña revelación que en el fondo tenemos todos los profesores de vez en cuando.Listo. Es así. Tengo que asumirlo.

|2017-02-27 | 15:51 | educacion | Este post | |

cuando la clase de mates la da un matemático

A mis clases de 2º de ESO entra a veces una profesora que ayuda a un par de alumnos de integración que hay en el grupo (y otras veces salen con ella a apoyo). Esta semana me ha dicho: "Lola, qué diferencia hay entre entrar a clase de mates cuando el profesor es matemático y cuando no". Según ella, cuando entra a clase de un profesor de matemáticas que es matemático (y no ingeniero, arquitecto...) es cuando realmente entiende la esencia de las matemáticas. En los otros casos, las ve como una herramienta, tal y como le enseñaron en la carrera (ella hizo Psicología), solo una forma de lograr un objetivo de cálculo, pero no un ente de conocimiento propio. Me dijo que a veces se sorprendía a sí misma olvidándose de que tenía que echar una mano a esos dos alumnos porque estaba simplemente siguiendo la clase.

Sobra decir que esto NO es generalizable. Me he encontrado con profesores no matemáticos (a menudo, físicos) que también dan esa visión de la asignatura no solo como herramienta práctica. Igualmente ocurre al revés, claro: algunos profesores son matemáticos y no van más allá del pragmatismo. Pero sí podemos decir que la mayoría de profesores que intentan mostrar esa belleza intrínseca, el razonamiento que hay detrás, aquellos que van más allá de la rutina son matemáticos (yo solo he trabajado en centros públicos, eso sí).

Por ejemplo, recuerdo a un compañero (ingeniero pero estupendo profesor, en ningún caso lo pongo en duda) que para hacer un problema de proporcionalidad compuesta se sorprendía al ver que los alumnos lo hacían reduciendo a la unidad cada magnitud en lugar de usar una fórmula que hay por ahí y que yo nunca he aprendido. En otra ocasión coincidí con otro ingeniero que no toleraba lo siguiente: para resolver una ecuación de segundo grado, hay un método bastante rápido que sirve en muchas de las ecuaciones. Consiste en que, si el coeficiente de grado 2 es 1 (a=1, pero puede generalizarse a cuando a no es 1), las dos soluciones son números que al multiplicarlos nos da el coeficiente de grado cero (la "c") y al sumarlos, el coeficiente de grado 1 cambiado de signo ("-b"). Por ejemplo, en x^2-4x+3=0, las soluciones serán 1 y 3 porque 1·3=3 y 1+3=4(=-(-4)). Por supuesto, también podríamos usar la fórmula famosa o resolver por cuadrados o por otros métodos, incluso, a veces, identificando productos notables. Lo clásico es siempre la fórmula, por supuesto, todos la hemos aprendido en nuestros años mozos. Pues bien, yo claro que les doy la fórmula. Es más, en 3º de ESO se la demuestro (la pillan algunos y otros no, pero los que sí lo pillan disfrutan de la demostración), pero también demuestro este método que acabo de comentar (al que yo llamo "el colacao" por motivos que no vienen al caso). Sin embargo, les digo que a partir de ahí pueden usar el método que les dé la gana siempre y cuando no sea "copiar del compañero": o la fórmula, el colacao o el que sea. ¿Qué me dijo el ingeniero? Primero, que no lo conocía. Y segundo, que eso significaba que tenían que pensar demasiado y que era un poco magia (con lo fácil que es la demostración), con lo que era mejor usar la fórmula porque la fórmula funciona siempre, así que nada de lo otro. Le pregunté si había demostrado la fórmula o si conocía la demostración y me miró con cara robótica como diciendo "la demostraqué?".

Por supuesto, siempre que sale a colación el número áureo, los razonamientos de las áreas y volúmenes (siempre los deduzco), algunas sucesiones raras, las operaciones indicadas con pi o la prueba de que un papel A4 es de esas dimensiones por algo, en general los profesores que no son de matemáticas no suelen mostrar interés. ¿Por qué los números "pasan" sumando o restando al otro lado de la ecuación? Da igual, pasan porque sí, me dijo una. Pues no, no es porque sí. Todo tiene un motivo detrás y creo que si tuviéramos tiempo para entenderlo, para parar el ritmo de los contenidos y comprender mejor los motivos, todo sería más significativo. Pero los primeros que tenemos que conocer estos recovecos somos nosotros.

|2017-02-12 | 09:58 | educacion | Este post | |

reseña en divulgamat

Que no se me olvide, no, no, que no se me olvide poner por aquí que la gran Marta Macho-Stadler a) ha leído Los números imaginarios (¡!), 2) parece que le ha gustado (¡!) y 3) ha escrito una reseña fantástica en Divulgamat (¡!). Os la dejo por aquí por si alguien quiere echarle un ojo: Reseña de Los números imaginarios en Divulgamat.

|2017-02-12 | 09:29 | escritura | Este post | |

los números imaginarios

Se ha acabado 2016 y yo ni siquiera he contado (por vergüenza en un 50% y por dejadez en el otro 50%) algo genial que me ha pasado a final de año: ¡por fin publico libro! Es algo que sé desde antes de verano, pero hasta finales de año no se ha materializado porque la editorial Adeshoras suele ilustrar sus libros (y bien chulos que quedan) y eso llevaba su tiempo. De hecho, ya ha sido presentado en el pueblo y podéis guardar el 27 de enero los que andéis por Madrid, ya que se presentará en la librería Cervantes y compañía (calle Pez, 27) a las 19:30, estáis invitadísimos. Aquí podéis leer el primer relato y, si queréis, comprar el libro sin gastos de envío. En breve estará también en Amazon y las librerías (en la mayoría, bajo pedido, claro). Y eso... ¡Yuhu!
Actualización: ya está en Amazon :)



|2017-01-09 | 18:25 | escritura | Este post | |

mis libros de 2016

Aquí va la tradicional lista de libros. Sé que olvido muchos, este año no he sido muy constante apuntándolos, pero aún así son menos de lo habitual, eso sí. Han sido 44 novelas, 12 libros de relatos y 7 de popurrí (ensayo, divulgación...). Solo 63 libros, de los cuales 20 están escritos por mujeres. En definitiva, que no he cumplido mi propósito para 2016.

Novela

-Ready player One, de Ernest Cline.
-Tiempo desarticulado, de Philip K. Dick.
-Historia de Iván, de Andrés G. Leiva.
-La débil mental, de Adriana Harwicz.
-El informe de Brodreck, de Philippe Claudel. (+)
-London Calling, de Juan Pedro Aparicio.
-Corrección, de Thomas Bernhard.
-La isla de Alice, de Daniel Sánchez Arévalo.
-Elena Sabe, de Claudia Piñeiro.
-El tiempo es un canalla, de Jennifer Egan.
-Las efímeras, de Pilar Adón.
-La promesa, de Friedrich Durrenmatt.
-El juez y su verdugo, de Friedrich Durrenmatt.
-El desperfecto, de Friedrich Durrenmatt.
-Homer y Langley, de E. L. Doctorow.
-Mil otoños, de David Mitchell.
-La subasta del lote 49, de Thomas Pynchon.
-Todo lo que tengo lo llevo conmigo, de Herta Müller.
-Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams.
-Intemperie, de Jesús Carrasco.
-Orgullo y prejuicio, de Jane Austen.
-La nieta del señor Linh, de Philippe Claudel.
-1280 almas, de Jim Thompson.
-Nosotros, de Yavgeni Zamiatin.
-El bosque de la noche, de Djuna Barnes.
-Un hombre que se parecía a Orestes, de Álvaro Cunqueiro.
-Me llamo Lucy Barton, de Elizabeth Strout.
-Del sol y las gallinas, de Óscar Torre.
-Almas grises, de Philippe Claudel.
-Las uvas de la ira, de John Steinbeck. (+)
-La llave de cristal, de Dashiell Hammett.
-Nos vemos allá arriba, de Pierre Lemaitre.
-París, de Mario Levrero.
-La ciudad, de Mario Levrero.
-Esa puta tan distinguida, de Juan Marsé.
-El hombre que se enamoró de la luna, de Tom Spanbauer.
-Olive Kitteridge, de Elizabeth Strout (relectura).
-Cosmos, de Witold Gombrowicz (relectura).
-Un monstruo viene a verme, de Patrick Ness.
-El lugar, de Mario Levrero. (+)
-El diablo a todas horas, de Donald Ray Pollock.
-Tan poca vida, de Hanya Yanagihara.
-Harry Potter and the cursed child, de J. K. Rowling y alguno más.
-Tú no eres como otras madres, de Angelika Schrobsdorff. (+)

Relato

-Familias de cereal, de Tomás Sánchez Bellocchio.
-Doce relatos en punto, de Luis Miguel Sánchez Tostado.
-Tierra desacostumbrada, de Jhumpa Lahiri.
-Amantes y enemigos, de Rosa Montero.
-Cómo se hace una chica, de Caitlin Moran.
-Mala letra, de Sara Mesa. (+)
-Cicatrices a las once, de Susana García Nájera.
-Crónicas del encierro, de Izaskun Gracia Quintana.
-Manual de jardinería (para gente sin jardín), de Daniel Monedero.
-El bombardero azul, de Julio Jurado.
-La historia de tu vida, de Ted Chiang.
-La vuelta al día, de Hipólito G. Navarro.

Otros

-La guerra no tiene rostro de mujer, de Svetlana Alexiévich.
-Tailandia en paños menores, de Luis Garrijo-Julve.
-Aproxímate, de Javier Fernández Panadero.
-La tabla rasa, de Steven Pinker. (+)
-Todo es cuestión de química, de Deborah García Bello.
-70 trucos para sacarle brillo a tu novela, de Grabiella Cambell.
-Dilo en voz alta y nos reímos todos, de Fernando J. López.

|2016-12-31 | 13:23 | coctelera | Este post | |

la importancia de la teoría

Normalmente pregunto algo de teoría en los exámenes, pero no como estoy haciendo este año en 4º de Académicas (los que se supone que siguen en Bachillerato). Este año he preguntado lo siguiente en los últimos tres exámenes:

1. ¿Qué es una raíz de un polinomio? Pon un ejemplo.
2. ¿Qué es la solución de una ecuación? Pon un ejemplo.
3. ¿Qué dice el teorema del resto?

El resultado después de preguntar 3 veces lo mismo (habiéndolo corregido en clase cada vez) es el mismo: no lo saben. Luego (a veces) calculan las raíces de un polinomio, hallan las soluciones de una ecuación y utilizan el teorema del resto, pero no saben qué están haciendo. En el último examen, de hecho, les dejé los apuntes que quisieran (sin que pudieran escribir nada mientras los miraban) y nada. Ponen cosas así:

1. Es dado a cuando p(x)=0.
2. Es la letra cuando se cambia. O es a que p(a)=p(x).
3. Dice que cuando divides p(a) entre a sale 0. O dice que al dividir p(x) entre a te sale p(a).

En resumen: si no entienden lo que hacen, no tiene sentido que lo hagan y, si lo aprenden a hacer, lo olvidarán media hora después. Si sois profesores de matemáticas, haced la prueba. Por eso a veces es tan frustrante explicar esto diez, veinte veces, poner miles de ejemplos, dar los apuntes en papel, en la pizarra, online, volver a explicarlo con más ejemplos, pedirles que lo asimilen y lo escriban... y que todo siga igual en sus cabezas.

|2016-12-10 | 19:14 | educacion | Este post | |

4 babies

Hoy la gran Paloma Rando escribe este artículo en Vanity Fair sobre la canción de Maluma que ha saltado a las noticias los últimos días. Os cuento mi historia con esta canción:

Hace un mes estaba en la sala de ordenadores con un grupo de 4º de Aplicadas (es decir, los que dejan el instituto para irse a un Ciclo de Grado Medio el año que viene). Les había puesto unos ejercicios en el ordenador (a estos, por lo que sea, les apetece más hacerlos si es un pdf en la pantalla que si es un papel) y les dije que quien acabara el ejercicio podía elegir canción y la ponía por los altavoces (acabamos sorteando quién la elegía porque todos acababan pronto). Total, que me fueron diciendo canciones de gente que yo no conocía ni de lejos. Uno (el más listo de la clase) eligió los Red Hot Chili Peppers, pero lo demás era todo reggaeton. Las letras en general me estaban pareciendo patéticas, pero cuando uno propuso 4 babies paré la canción a la mitad. Varias chicas seguían cantando la canción mientras hacían los ejercicios y le pedí a una que se girara y leyera en vos alta la letra que yo estaba proyectando en la pizarra digital. Al principio se divertía pero segundos después dejó de leer y dijo "jo, profe, qué fuerte, ¿no?".

Pues eso.

Actualización: curioso este vídeo en el que preguntan por las letras a cinco chicas.

|2016-12-07 | 20:37 | educacion | Este post | |

el orgullo de provincias

La primera vez que escuché "de provincias" fue en Barcelona, cuando vivía allí después de haber vivido toda mi vida entre Jaén y Granada. Allí provincias era "todo lo que no fuera la capital y cerca de la capital". Por tanto, Sabadell no es provincias pero Figueres sí, y Teruel ya ni te cuento. En Madrid es igual, y los de provincias son "aquellos, eso de ahí fuera" (incluidos los de Sabadell, claro). Se suele usar con un poco de desprecio, pero bien que luego se van al pueblo a ponerse como cerdos comiendo ibéricos junto a la chimenea.

El caso es que en provincias todo es un poco más sentido. Esto me ha pasado esta semana: he ganado un premio gordete de relato y por el pueblo se han vuelto locos (¡gracias por las felicitaciones!) aunque no hayan leído todavía nada mío (¡a puntito está!). Y esto se puede extrapolar a la prensa: obviamente no veré en Madrid ninguna referencia al premio, pero el orgullo patrio de provincias puede mucho más y hace un par de días aparecía esta columna en el Diario Jaén.

Manuel es amigo de mis padres, claro :) ¡Y ya quisiera yo tener algo que ver con Salter y Carver! Me reí a carcajada limpia al leerlo, pero fíjense lo que da de sí el orgullo patrio de provincias que decía antes. El artículo me pone por unas nubes en las que yo no estoy ni cerca (ni creo que quiera estar, por otro lado), pero sí tengo que reconocer que me hizo ilusión leerlo. Habrá que volver pronto, por aquello de los ibéricos y la chimenea.

|2016-12-04 | 12:52 | escritura | Este post | |

lo femenino y lo masculino

A raíz de esto que se está poniendo ahora de moda de "feminizar la política", algunos hemos comentado por Twitter qué significa feminizar (y mucho se ha hablado de esto) pero se ha ido más allá. Mi gran duda al respecto es definir qué significa "femenino" y "masculino" de forma inequívoca. Así que me voy al diccionario de la RAE:

femenino, na
Del lat. feminīnus.
1. adj. Perteneciente o relativo a la mujer. La categoría femenina del torneo.
2. adj. Propio de la mujer. Un gesto femenino.
3. adj. Que posee características atribuidas a la mujer. Su abuela fue una mujer muy femenina.
4. adj. Dicho de un ser: Dotado de órganos para ser fecundado.
5. adj. Perteneciente o relativo al ser femenino. Célula femenina.
6. adj. Gram. Perteneciente o relativo al género femenino. Nombre femenino. Terminación femenina.
7. m. Gram. género femenino. La desinencia -a es marca de femenino en algunos sustantivos.
8. m. Gram. Forma correspondiente al género femenino. El femenino de maestro es maestra.

masculino, na
Del lat. masculīnus.
1. adj. Perteneciente o relativo al varón. La categoría masculina del torneo.
2. adj. Propio del varón. Unas manos masculinas.
3. adj. Que posee características atribuidas al varón. Presume de ser muy masculino.
4. adj. Dicho de un ser: Dotado de órganos para fecundar.
5. adj. Perteneciente o relativo al ser masculino. Célula masculina.
6. adj. Gram. Perteneciente o relativo al género masculino. Sustantivos y adjetivos masculinos. Forma masculina.
7. m. Gram. género masculino. La desinencia -o es marca de masculino en algunos sustantivos.
8. m. Gram. Forma correspondiente al género masculino. El masculino y el femenino de artista coinciden.

Vale. Como vemos, muchas de las acepciones (las que más se usan) empiezan por "propio de" o "perteneciente o relativo a". Ahora me gustaría que trataran de definir qué significa "propio de la mujer" o "características atribuidas a la mujer". ¿Atribuidas a la mujer por más de la mitad de la población? ¿Por toda? ¿Atribuido a más de la mitad de las mujeres? ¿A todas? Y lo mismo para los hombres.

¿Cómo se pueden sostener muchas de esas acepciones (y conceptos) sin caer en tópicos? Quitando las acepciones 4, 6, 7 y 8, más asépticas (como deberían ser las definiciones), creo que el resto, directamente, son inservibles.

|2016-12-04 | 12:11 | lolamentaciones | Este post | |

mates porque sí

El problema, en versión simplificada, decía algo así como "si 3/5 del total son rubios y hay 15 rubios, ¿cuántos hay en total?". Los alumnos son de 2º de ESO y estamos repasando problemas de fracciones. Siempre les digo que se hagan el dibujo, marquen la fracción y piensen un poco. Automáticamente lo pillan y después tratan de escribirlo bien: si 3/5 del total son rubios y hay 15 rubios, 1/5 del total serán la tercera parte, es decir, 5 rubios. Y si 1/5 son 5, en total hay 25. En fin, el problema clásico del total que luego permite variantes en porcentajes y demás. La cosa es que hoy me he encontrado con esto:

3/5 son rubios -> 5/3 de 15 son 25.

Y bueno, el número está bien, claro. Pero le he preguntado que por qué ha hecho eso y me ha dicho que así se lo han explicado en la academia. Luego he mirado un par de libros y he visto que en uno de ellos también lo pone así. El alumno ha continuado: "pero está bien, ¿no?". Yo he seguido con el típico argumento de "pero es que el resultado es lo de menos, la clave está en que lo entiendas" y blablabla a lo que él ha contestado que sabe hacerlo, que cuando hay que hacer la fracción del total es directo y si hay que calcular el total, "hay que darle la vuelta a la fracción". He insistido: "¿pero por qué?" y me ha dicho "¿qué más da? está bien". Y me he pasado pensando en eso toda la mañana.

Cuando entendemos las matemáticas solo como una herramienta para resolver problemas numéricos, es difícil rebatir su argumento. Es así por los motivos que sean pero el hecho es que funciona. Y ejemplos de estos hay unos cuantos en el temario aunque, cierto es, los que somos de matemáticas tratamos de ahorrarnos los trucos y razonarlos (hasta Ruffini y la fórmula de la ecuación de segundo grado se las razono). La realidad es que a raíz del último post de Pedro sobre la regla de Cramer he pensado hasta qué punto enfocamos mal lo que damos. ¿Para qué la regla de Cramer si Cramer no deja de ser mecánica pura? Para eso que lo haga el ordenador. Cualquier mecanismo que conlleve la falta de razonamiento debería poderse hacer con calculadora u ordenador: si no, no estamos enseñando matemáticas sino enseñando a poner una piedra detrás de la otra sin equivocarnos, bien alineadas.

¿Qué enseña más a pensar? ¿Factorizar un polinomio de grado 5 o este problema de la app Pythagorea?





¿Van a usar esta construcción en su vida? Probablemente esta no. ¿Van a factorizar el polinomio de grado 5 en su vida? Probablemente tampoco. ¿Hay que saber hacer las dos cosas? Creo que sí, pero para el polinomio, ADEMÁS, tenemos herramientas. Si sabemos bien qué es un polinomio, qué es factorizar, qué es una raíz, un par de ejemplos de grado pequeño y cuál es la gracia de tenerlo factorizado, busquemos Wolfram Alpha y listo, ¿no? ¿No tendría que haber una revolución (de verdad) de currrículo y metodología en este sentido?

|2016-11-14 | 18:44 | educacion | Este post | |

como

Como el golpe en el derecho,
como el vómito de azúcar,
como un sábado de atrezzo,
como piel por toda estufa.

Sin más roble que madera
que por ser impresa muere;
sin más sombra que la letra
de una línea viuda y breve.

Que los días que no pasan
callan, rozan y hasta mienten
al hacer creer que acaban.

Que las sopas que ahora hierven
no son caldos sino agua
recalentada en el vientre.

|2016-11-12 | 21:54 | escritura | Este post | |

nanowrimo 2016

Que no necesito yo excusa para dejar el blog como un erial está claro, pero es que ahora sí que la tengo: me he apuntado al NaNoWriMo. Es decir, me paso cada día de noviembre agobiada porque tengo que escribir una media de 1667 palabras al día de un texto de ficción y eso es tela. La consecuencia en mi vida es que aprovecho cada instante que me deje libre el trabajo para ponerme a escribir. La consecuencia en mi novela es que está saliendo un truñete considerable en cuanto a calidad de escritura, pero me está aclarando muchísimo por dónde tendrán que ir los tiros cuando toque la revisión. Además, me resulta absolutamente fascinante el mundo que se ha creado alrededor del NaNoWriMo: cientos de miles de personas escribiendo una novela, organizando quedadas y foros, haciendo "speeds de escritura" y pidiendo consejos. He hecho una pequeña encuesta en Facebook y el 80% de las novelas son de fantasía o ciencia ficción: sí, los NaNos en general son de lo más frikazos, pero parecen gente maja (como casi todos los frikazos). Para los que no lo conozcan, basta con que le echen un vistazo a las imágenes del NaNoWriMo o los tuits, todo son calendarios, consejos, agobios, retos, gente que dice que está atascada y otros que dicen que ya llevan 20000 palabras en 4 días.





Y dicho esto, acabo, que tengo que escribir y ya voy con 4000 palabras de retraso. En breve (es un decir), dejaré por aquí un resumen de la experiencia.

|2016-11-06 | 08:38 | escritura | Este post | |

así entienden la "calidad" educativa

En la Comunidad de Madrid ha pasado este año esto:

*Hay un porrón de profes de interinos de Geografía e Historia y de Biología y Geología que otros años a estas alturas de curso lo normal es que estuvieran ya dando clase (con vacante por una enfermedad larga o sustituciones cortas) pero este año no se mueven sus listas por diferentes motivos. En el caso de Biología y Geología, por ejemplo, se debe a que han quitado la asignatura de 2º y alguna optativa más y que las ratios han subido.

*Ahora se da Tecnología, Programación y Robótica en 1º, 2º y 3º, además de las Tecnologías de 4º y Bachillerato. Y no hay profesores suficientes para darlas en inglés (en centros bilingües), con lo que algunos centros están a 10 de octubre todavía sin profesor de tecnología. Por supuesto, hay disponibles decenas de profesores de Tecnología con muchos años de experiencia, pero no están habilitados en inglés.

¿Qué se les ha ocurrido para arreglarlo? La conversación ha debido de ser algo así:

-Paco, no tenemos profesores de tecnología en inglés. Ya se están quejando un poco los centros.
-¡Pero si hay ahí un montón de profesores esperando! Vale que muchos se van porque ofrecemos solo medias jornadas, pero ahí están.
-Ya, pero es que son de Biología.
-Pero hablan inglés. ¿¡Y acaso un biólogo no es de ciencias!?
-Ya, Paco, pero lo mismo no sabe programación ni robótica ni esas cosas modernas...
-Si eso son ceros y unos, ¿no? El de biología tendrá que saberlo. Ábreles la bolsa.
-¿No sería mejor que dieran la asignatura los de la bolsa en español? Al menos este año. Es que hay muchos de tecnología con experiencia pero hablan como tú y como yo, español común.
-Ni hablar. Inglés.
-Son ocho plazas las que faltan por cubrir. Ah, y también nos faltan de...
-Que sí, Miguel, pero si hay gente de Música dando Geografía e Historia, gente de Lengua dando Latín o físicos dando la biología de 2º de Bachillerato, ¿qué daño puede hacer poner a ocho biólogos a que al menos mantengan callados a los niños y a los equipos directivos?
-Bueno, venga, va. Abro la bolsa para mañana. Eigth biólogos.

No sé cómo funciona en otros sitios pero así, señores, es cómo en Madrid entienden la "calidad" educativa. Así, ni más ni menos.

Dedicado a Jose, un biólogo y excelente profesor de biología que mañana tendrá que elegir si da clase de Robótica en un IES o de Estética en FP.

|2016-10-10 | 17:32 | educacion | Este post | |

hasta el gorro de los cenizos educativos

En educación hay dos cosas que están de moda ahora: hablar de Finlandia y decir que la educación no ha cambiado nada en cien años. Las dos cosas me dan mucho por saco.

Finlandia es un país que nada tiene que ver con nosotros. Y sí, claro, podemos y debemos tratar de coger las cosas buenas que tienen a nivel educativo, pero no olvidemos que todo eso viene ligado a un tipo de sociedad que nada tiene que ver con la nuestra, unos impuestos enormes que mantienen un sistema público estupendo, una educación igualitaria que ha calado en la sociedad... Pero también unos índices de violencia de género enormes o un porcentaje de alcohólicos que bien lejos lo quisiera. Cada país es un mundo, acerquémonos a lo que podemos imitar porque sabemos que funciona pero no olvidemos que no todo funciona igual en todos los sitios y el problema tiene raíces mucho más profundas.

En cuanto a lo segundo, os dejo con este vídeo que se está compartiendo mucho en las redes sociales estos días:



Y bueno, a pesar de que estoy de acuerdo con el fondo del vídeo (hay que personalizar en la medida de lo posible la educación y las pruebas externas mal hechas no son buenas), no puedo más que dar un golpe sobre la mesa hartísima de esta demagogia barata.

Muchos profesores innovamos y mucho. Muchos usamos medios audiovisuales, plataformas online, apps, dinámica de grupos, trabajo por proyectos, hacemos otro tipo de evaluaciones, muchos tratamos de conseguir lo máximo de los chicos que tenemos delante. Sí ha cambiado la educación, ha cambiado muchísimo y todos lo sabemos. No solo en las formas, también en el fondo (¿a caso explicamos igual que como nos explicaban a nosotros hace 20 años? NO). En cuanto a sacar lo mejor de un alumno, estupendo, pero si con 8 años no quiere estudiar nada relacionado con la ciencia por los motivos que sean, no le llama, y lo que quiere es dibujar, puede que sea un crack en potencia dibujando pero ¿qué hacemos? ¿le dejamos sin aprender ciencia? ¿Es eso responsable? Por eso la educación reglada no dura hasta los 50 años sino hasta los 16, por eso se les dan pequeñas pinceladas de todas las ramas para que después ellos elijan. ¿Que se puede mejorar? Por supuesto, y en este blog bien que me he quejado de mil cosas concretas mejorables. ¿Que se están cargando las asignaturas más creativas? También, pero no olvidemos que la creatividad está también detrás de un texto o de una prueba matemática y a veces lo olvidamos. ¿Podemos mejorar los profesores? ¡Muchísimo! ¿Pero acaso quedan muchos que anden con la regla y poniendo los libros en los brazos? A mí me revientan los que mandan copiar 100 veces algo, pero ¿cuántos son? ¿Un 1%? ¿Que tenemos demasiados chicos en clase? Claro que sí, pero la afirmación del vídeo es tan general (y tan mundial) que se desdibuja, cuando además ni siquiera habla de ese problema (para mí, uno de los dos grandes problemas: el currículo y el tamaño de los grupos). ¿Que están ahí las pruebas estandarizadas hasta en Primaria? Sí, pero no solo depende de la prueba (no se hace, pero estoy segura de que se podrían diseñar pruebas estupendas), ¡depende de la importancia que nosotros les demos! ¿De verdad explicamos y exigimos lo mismo a todos los alumnos? ¿Acaso ningún profe valora ciertas cosas de unos y otras de otros? JA. ¿En serio alguien cree que las clases son como hace 80 años años? Habrá algún profesor arcaico, pero ¿qué hay de los miles y miles que han cambiado la educación? ¿Que se da lo mismo? Que vengan a una clase de Tecnología de mi compañero Javi o de Dibujo de Mónica, que miren a ver si se enseñan igual las funciones o Jose da igual la anatomía, que pregunten a ver cómo enseña Laura a crear un texto narrativo o cómo Inma tiene a toda la clase debatiendo en inglés. ¿Es mejorable? Mucho. ¿Que aprenden igual? Yo creo, de lejos, que no.

Y ahora me voy a seguir preparando mi proyecto para 2º de ESO, que espero que les guste y aprendan, cada uno a su ritmo. ¡Ah! Y la frase ni siquiera es de Einstein: se dice con diferentes variantes desde hace siglos. El guionista del vídeo podría haberlo buscado en internet, pero se ve que recibió clases a la antigua usanza.

|2016-10-02 | 11:39 | educacion | Este post | |

abandonaíto

Pues sí, blog, te tengo abandonaíto, pero es que el verano es así de perro y a mí se me ocurren cosas que contarte pero la procrastinación es más poderosa. A modo de resumen te diré que:

-El final de curso no estuvo mal. Me propuse hacer un proyecto para este año y a saber qué sale al final.
-Escribir, escribí poco. Pero ahora le doy vueltas al argumento de una novela. Por otro lado, puede que haya muy buenas noticias literarias en breve.
-Me fui a Tailandia con tres amigos. Y pasó de todo. Pero como las fotos menos aparentes no se ponen en internet, pongo aquí las más monas. Iba a contarte detalles y curiosidades del viaje, pero ahora ya me da un poco de perecilla.
-Ahora ando programando las cosas de este curso. En concreto, estoy viendo la vida pasar mientras copio el BOE, que es lo que le importa a los de arriba. Las cositas chulis que vaya hacer en clase casi paso de ponerlas, vaya que no les guste.

No te abandonaré tanto tiempo, lo prom... Bueno, eso.

|2016-09-11 | 10:54 | coctelera | Este post | |
    


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