siendo plaqueta
Te abrochas bien el abrigo, le das al play, cierras la puerta de casa y ya sólo hay que dar un paso tras otro.
Las señoras que van juntas en el autobús, el segurata que no se entera de la alarma en la puerta del Pull, la chica que te dice que esas botas te durarán toda la vida, el caballero que busca la mejor mesa de toda la Plaza Mayor porque su mujer no merece menos, el chico de la ONCE que siempre está en la esquina de La Mallorquina pero nunca entró a comprar nada, la tienda de chinos que ya tiene puestos los disfraces, los bares de la cava baja rebosando, un señor muy mayor con su bata de dependiente que pinta de verde la puerta de su minúscula tienda de relojes de la calle Toledo, los partidos de fútbol de los sábado en los patios de los colegios, un poeta olvidadizo en Arenal y una falda que nunca encontraré. Madrid a veces asfixia, pero otras es como un ser vivo y cuando te mueves por ella no eres más que una plaqueta del torrente de sangre que entra y sale del corazón cada medio segundo. Pero oye, a mí me encanta ser plaqueta. Foto tomada de aquí. |2011-02-12 | 13:26 | bajo llave | Este post | | Tweet
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