cosas que se oyen
Qué fácil es pasar del ruido al silencio. Y luego más ruido. Luego música, que es ruido ordenado, después golpes de tacón en el parquet y, a continuación, silencio. Después más ruido, que viene de la habitación de al lado, de arriba, de la calle. El silencio que suena viene de esos sitios a veces, pero casi siempre está ya dentro. Cuando se junta el ruido de la calle con el silencio de tu propia casa, no chocan. No fabrican un hijo deforme ni se mezclan maravillosamente. No, cada uno sigue su curso, el ruido pasará de largo por el salón, mirará de reojo con algo de compasión al silencio del sofá y saldrá, haciendo ruido, por la ventana de la cocina. Y luego se oirá el camión de la basura, pero eso ya no es ruido, eso es reconocible, eso es la basura que hay que recoger, eso son los restos del silencio, las mondas y los envases de tanto silencio podrido que ya empezaba a oler mal. Al rato te quedas con un silencio limpísimo, tan limpio que podrías comer encima de él. Ese silencio es tan aséptico que te hace creer que el salón con un silencio limpio es mucho mejor que ese ruido, que a saber de qué familia viene ni si le gusta el jazz o el swing.
|2013-02-12 | 19:08 | bajo llave | Este post | | Tweet
Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://lolamr.blogalia.com//trackbacks/73012
Comentarios
|
Van diciendoMail-andololaberinto-arroba-gmail.comPapeles viejos
Categorías
Otros cuentan- 1 de 3- Acertijos y más cosas - Comentaristas dispersas - Cuchitril literario - Cuentos mínimos - Decapitado por hereje - Efervescente2H - El lobo rayado - El musolari errante - Epsilones - Espejo Lúdico - Gaussianos - La ciencia para todos - La piedra de Sísifo - La vidriera irrespetuosa - La zona fótica - Lector constante - MalaCiencia - Por la boca muere el pez - Trapseia - Ventanas
Humor |